Sin duda una de las cosas que mejor se hacer es reírme de lo tonta que soy cuando me mezclo con la raza humana, unos seres que no logran hacerme entender que son lo más valioso que tengo en este mundo, amigos, amor y hasta familia. Las palabras no me salen y mi silencio molesta a todo aquel que se encuentre cerca de mi sin ni si quiera hacer algo malo. Mi sangre clama su sangre que recorre cada punto de su piel el deseo de tener mis delicados y afilados colmillos sobre su cuello me hacen pensar que jamás lograre estar cerca de ellos sin pensar en matarles.
La ira, el odio, la muerte, emblemas de la raza que llevo en mis hombros, salvajemente se esparce por mi cuerpo, Vive cada latido de tu corazón ya que el nuestro se detuvo en el momento de ser transformados en esto que vez frente a ti y no logras distinguir si es humano o un demonio mas confundiéndote. Un reflejo de lo que algún día creí ser frente al espejo hoy no lo veo en el, quizás se convirtió en la luz dentro de ti y se esfumo de mi logrando que la soledad aumentara en mi interior o simplemente se marcho porque sabia que no volverías más.
Veo el cielo gris, en día como hoy se esfumo mi vida en una sola palabra... 'adiós'. Pero al correr de los años solo me acostumbre mas a la idea de tu marchar y me gusto el hecho de extrañarte y sufrir por eso, me llene de ira, odio, melancolía y sufrimiento que me llenaban de placer, van pasando los días y el tiempo pasa en esta habitación, cumplo años poco a poco pero pareciera que no cambiara nada en mi.
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